La expedición suiza de 1956 que emprendió con éxito la conquista de la cima del Everest, iba equipada con cronómetros Enicar, que fueron aclamados en todo el mundo tras la ascensión. Uno de los miembros, Ernst Reiss, reconoció los méritos del reloj por su precisión excepcional en condiciones meteorológicas extremas. Ahora, el Sherpa Sport II continúa la misión, con fe y con un espíritu tenaz imperecedero.