Nuestra promesa de amor nunca nos ha abandonado. Hace 50 años empezamos nuestra vida con largas conversaciones, y cada día hemos expresado nuestro amor con la honestidad más dulce. Cuando sostengo tu regalo en mis manos, revela lo que el amor significa para mí. Un vínculo especial para ser siempre auténtica, Diosa, y me recuerda que nuestros corazones son siempre uno.